Tras el ciego manto
negruzco de la televisión y demás medios de comunicación
subvencionados por el capital bancario y o el estado, siempre hay
otras posibilidades menos apoyadas pero en mi humilde opinión más
inteligentes. No dudo de que nuestros “queridos” borbones tengan
sangre azul, ni que Felipe está preparadísimo para asumir la
jefatura del estado. Dudo de la procedencia de ese poder que aunque
intenten hacernos creer que es inherente, que es cosa de legado
sanguíneo y moralmente insustituible, no es más que una tradición
arcaica casi equiparable al “arte” (muy entre comillas) del
toreo. Y como ya he dicho, no dudo de que Felipe pueda asumir la
jefatura del estado, pero la monarquía, como otras tantas cosas de
las que me avergüenzo del país que debería causarme orgullo, es
otra de las imposiciones de la Troika más ruin que gobierna en un secreto a gritos este estado.
En resumen… si
están tan preparados para ser la cara del estado frente a otros
países en múltiples comités y reuniones protocolarias, que se
presenten a unas elecciones democráticas. El pueblo es soberano, y
no deberíamos sufrir ni un segundo más el “A Deo rex, a rege lex”
tan típico del siglo XVII. Además… los ejemplos de monarquías españolas
pocas veces han salido bien, y pocas veces han sido justas. Solo con
echar un poquito la vista atrás, podemos ver la misteriosa muerte
del hermano del Rey Juan Carlos, que si no hubiese muerto en
situaciones tan extrañas y enigmáticas, sería quien ocupase el
trono ahora mismo. O quizá, podríamos recordar esa imagen tan
bonita de Franco apoyando a que Juan Carlos siga con el legado. No
tengo nada más que decir, a parte de recordar esa frase tan triste
pero cierta que llega a nosotros gracias al gran Joaquín Sabina:
“La monarquía es un déficit democrático que sufrimos por
herencia” y gritar que viva la República.
jueves, 23 de enero de 2014
Artículo de opinión 001
Para una actividad de Informática, debemos escribir artículos periodísticos de opinión o noticias. No me gusta simplemente explicar la información, por lo que me decanté por lo primero. Ya sabéis que lo mío es la crítica política, escribir sobre mis sentimientos o contar historias cortas, por lo que, subiré a mi blog todo texto que haga de dicha índole. Un placer.
miércoles, 15 de enero de 2014
Sobre la vida, la muerte y otras utopías
No tengo miedo a la muerte por el hecho de dejar de vivir. Tengo miedo a el hecho de mi vida termine con proyectos sin acabar: libros por leer, mundos donde zambullirme y en general, cosas que hacer. Entendedme, me encantaría vivir eternamente para poder acabar todas esas cosas que quiero hacer en mi vida, pero eso me lleva a una cuestión que lleva la humanidad haciéndose durante toda la existencia: "¿que hay después de la muerte?" pero dicha cuestión también me lleva a otra pregunta necesaria "¿que hay antes de la vida?". Quizá la vida solo sea una especie de castigo, y la "vida" real sea la que no vivimos, sino la que hay antes de la vida y después de la muerte. Pero esto, sin quererlo es una utopía. Analizado desde un punto de vista racional, solo somos una simple ecuación que por probabilidad ha creado vida, pero la naturaleza humana nos obliga a pensar que somos algo más, que no podemos ser una simple casualidad. De ahí nace la religión y gran parte de la filosofía, a intentar dar respuestas definitivas a cosas que simplemente creo que nunca podremos saber con exactitud.
Por eso mismo, la vida es una utopía de la propia vida. No conocemos la vida real, no conocemos si fuimos creados con un motivo o simplemente nos creamos por casualidad, no conocemos ni siquiera si hay vida fuera de nuestras cuatro paredes a las que llamamos mundo. De hecho, viendo lo que pasa en esta sociedad, muy de vez en cuando, dudo el hecho de que haya vida inteligente.
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"La vida es como un cuento relatado por un idiota, un cuento lleno de palabrería y frenesí que no tiene ningún sentido" William Shakespeare.
Por eso mismo, la vida es una utopía de la propia vida. No conocemos la vida real, no conocemos si fuimos creados con un motivo o simplemente nos creamos por casualidad, no conocemos ni siquiera si hay vida fuera de nuestras cuatro paredes a las que llamamos mundo. De hecho, viendo lo que pasa en esta sociedad, muy de vez en cuando, dudo el hecho de que haya vida inteligente.
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"La vida es como un cuento relatado por un idiota, un cuento lleno de palabrería y frenesí que no tiene ningún sentido" William Shakespeare.
lunes, 13 de enero de 2014
El pueblo
Ellos vivían en un pueblo alejado del mundo, ellos vivían en un pueblo alejado de la civilización, y se llamaba pueblo porque era eso, un pueblo, ni más ni menos. No eran una simple aglomeración de hogares que formaban una colonia, y tampoco eran una rudimentaria tribu. Eran mucho más que eso.
Hermanos y hermanas de todas las razas y religiones, que decidieron abandonar la civilización para vivir una vida en paz. Una sociedad sin normas, una sociedad sin leyes, pero que no vivía sumida en el caos. No había leyes por que simplemente no se necesitaban. Sabías en todo momento que si se te caía la cartera por la calle, cualquier persona que la encontrara te la traería a tu dirección. No existía la guerra, pero existía la poesía.
Toda persona se relacionaba con otras por amor, no por simple atracción. No existía la lujuria.
Las personas trabajaban, no para enriquecerse, sino para que el futuro de todos prosperara. La avaricia no tenía cabida en este pueblo.
Nadie comía de más por el simple hecho de comer, nadie comía por el simple hecho de disfrutar comiendo. No existía la gula.
Las personas se peleaban, si, pero no mantenían deseos de venganza, y no lo hacían por sobresaltos. La ira, tampoco tenía un lugar aquí.
Toda persona valoraba lo que tenía, y no se fijaba en lo de los demás. La envidia era impensable.
Nadie se creía mejor que nadie, y nadie vacilaba de ello, aunque lo fuese. Tampoco, existía la soberbia.
En el pueblo tampoco había lugar para los humanos.
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"Todo el mundo hace lo que se supone que debe hacer, excepto los seres humanos. Tal vez por eso queréis con tanta frecuencia mataros unos a otros." Brandon Sanderson.
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